Con más de 27.600 canales físicos y 352.000 usuarios digitales, la entidad mezcla humanidad e innovación. Su presidente, Hernando Chica Zuccardi, relata cómo escuchar a los clientes transformó todo.
“En el Banco Agrario, entendimos que un crédito no es una carga, sino una herramienta para que una familia cumpla un sueño, para que un productor levante su cosecha o para que un joven comience su proyecto de vida”. Con esta frase, Hernando Chica Zuccardi resume la filosofía de una entidad que pone a las personas en el centro de cada decisión.
Este enfoque, según cuenta, lejos de ser un eslogan vacío, es el reflejo de cada producto y servicio, que van desde las líneas de crédito verde para proyectos sostenibles, hasta la transformación digital que hoy permite abrir una cuenta o solicitar un crédito desde el celular. “Decir que nuestros clientes son el corazón de todo lo que hacemos significa entender sus realidades, acompañar sus ciclos productivos y ofrecer soluciones que respondan a su vida cotidiana”, afirma.
La historia del Banco Agrario ha tenido hitos que lo convirtieron en aliado de millones de colombianos, en especial en el campo. Durante la actual administración, ha desembolsado más de $34,7 billones, de los cuales $11,5 billones han sido destinados al pequeño productor, lo que ha permitido que más de un millón trescientas mil familias accedan a recursos para mejorar su calidad de vida.
La expansión del crédito es solo uno de los pilares. Las innovaciones digitales y operativas han sido clave en la evolución de la entidad. La billetera BICO, con cerca de 361.000 usuarios activos, el lanzamiento de la cuenta y el crédito digital son ejemplos de cómo la modernización ha llevado los servicios financieros a cualquier rincón del país. A ello se suma la instalación de Wi-Fi gratuito en todas sus oficinas y la renovación de la banca virtual en 2025. Sin embargo, Chica Zuccardi enfatiza que la digitalización no ha implicado perder cercanía. “Somos la única entidad presente en casi la mitad de los municipios del país y tenemos más de 27.000 canales físicos. Eso significa que, incluso en la era digital, seguimos acompañando de manera personalizada a quienes lo necesitan”. Ese equilibrio entre tecnología y humanidad permite que el Banco combine innovación con confianza.
La escucha activa también ha sido una pieza clave de la estrategia. A través de redes sociales, un contact center disponible las 24 horas y asesores en campo, la entidad recoge inquietudes y experiencias de sus clientes para transformarlas en mejoras.
El resultado: las quejas disminuyeron 17% en el último año. “Escuchar no es suficiente, hay que actuar. Por eso, cada producto nuevo nace de lo que nos cuentan nuestros clientes”, resalta Chica. Así, han surgido programas como El Monedero, una estrategia de educación financiera sin fines comerciales que busca orientar a los colombianos en el manejo del dinero, el crédito y el ahorro. Su objetivo –aclara– es que las decisiones financieras se conviertan en una herramienta de crecimiento.
La relevancia del Banco también se ha sostenido, gracias a su capacidad de adaptarse a contextos diversos. En las zonas rurales, los créditos se ajustan a los tiempos de cosecha y producción; en las ciudades, las soluciones digitales ofrecen rapidez y practicidad. “Nuestra identidad no es estática. Cambia con el país y con los clientes. Eso nos permite ser pertinentes, tanto en un cultivo de ciclo largo en el campo, como en un emprendimiento urbano”, dice Chica.
Más allá de las cifras, la confianza que inspira la entidad se refleja en el reconocimiento de calificadoras internacionales como Fitch Ratings, que mantiene la calificación de riesgo de largo plazo en línea con la soberana del país. Pero Chica insiste en que lo más importante no son las notas financieras, sino la percepción de los usuarios: “La verdadera fortaleza está en que nuestros clientes nos vean como un socio confiable, cercano y presente en cada momento de sus vidas”.
Mirando hacia el futuro, el presidente proyecta un camino de innovación sin perder la esencia. La próxima superapp de Bico integrará servicios financieros en una sola plataforma, mientras iniciativas como BRE-B ampliarán la cobertura en el territorio. Todo bajo la premisa de que la tecnología esté al servicio de las personas.
La historia del Banco Agrario no se escribe en solitario: “Cada decisión que tomamos, cada innovación que lanzamos y cada producto que diseñamos tiene un propósito: acompañar los sueños de nuestros clientes, porque nuestro verdadero legado es el que construimos junto a ellos, día tras día”, concluye Chica.
Artículo publicado en la edición #500 de los meses de octubre y noviembre de 2025.
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