lunes, noviembre 10, 2025
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Especial Podcast 50 Marcas Ep.105: Cómo OFFCORSS convirtió la niñez en una filosofía empresarial

En el episodio 105 de nuestro pódcast, la conversación con Juan Camilo Hernández, fundador de OFFCORSS, revela mucho más que la historia de una marca de ropa infantil: muestra la filosofía de un hombre que ha hecho del optimismo y la creatividad su manera de dirigir.

A través de anécdotas y reflexiones, Juan Camilo Hernández, fundador de OFFCORSS, convierte la trayectoria de la empresa en un relato sobre cómo mantenerse fiel a la ternura y al asombro, incluso en medio de la adversidad.

OFFCORSS — nombre nacido casi por accidente, cuando un amigo publicista pronunció en una fiesta un casual “of course”— se ha convertido en una marca profundamente arraigada en la memoria colectiva de los colombianos. Su símbolo, el oso de peluche, encarna lo que Hernández considera la esencia de su propuesta: una mezcla de protección, juego y calidez. “Es la representación de la ternura, de esa fiera que no hace daño”, dijo durante la entrevista.

El empresario recordó los comienzos junto a su esposa, María Gloria Mejía, quien lo introdujo en el mundo del diseño de ropa infantil. Desde entonces, la búsqueda constante de “cómo hacerlo mejor” ha guiado el crecimiento de la compañía. No hubo un punto de quietud, asegura Hernández, sino una acumulación de pequeños aprendizajes diarios. “Cada obstáculo no ha sido un tropiezo, sino una oportunidad de preguntarme para qué sucedió”, reflexionó, recordando incluso los momentos más difíciles: el incendio de la planta en el año 2000 y el accidente que le costó un ojo y parte de la movilidad de una pierna.

Más que premios o éxitos, el éxito de la marca —dice— se debe a esa mentalidad de mejora continua inspirada en el método japonés Kaizen . Cada persona dentro de la empresa puede proponer un cambio, una mejor forma de hacer las cosas. “Eso te mantiene vivo permanentemente”, repite Hernández, quien habla del trabajo con una serenidad que mezcla espiritualidad y sentido práctico.

La conversación también abordó el papel de la publicidad y el mercado, pilares que, según él, deben servir para escuchar al consumidor, no para imponer. "El problema es cuando el mercadeo se convierte a la marca en emperador. Yo tengo que ser detector de lo que les pasa a mis clientes", afirmó. Fue precisamente esa escucha lo que lo llevó, en los primeros años, a apostar por colores vivos para los niños cuando el mercado solo ofrecía tonos pasteles. “Al niño hay que despertarle los sentidos”, recordó.

La creatividad —que para Hernández “es el niño que sobrevivió”— atraviesa toda la conversación. Desde el nombre improvisado por el publicista Michel Arnau hasta el diseño de las tiendas y las prendas, todo parece responder a una lógica lúdica. “Publicidad y mercado sin creatividad no se salvan”, sentencia.

Al cierre, el fundador imaginó a OFFCORSS como un personaje colombiano: alegre, irreverente, familiar y respetuoso. Una figura que, como su marca, nos recuerda que la niñez no se pierde: se preserva en quienes aún miran la vida con curiosidad. “Permanecer niños, vivir sin miedo”, dice, es el mayor legado que puede dejar una marca hecha, literalmente, con alma de peluche.

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