Con un ingrediente que da sabor a los hogares y un elemento que cuida su limpieza, Brinsa ha crecido con los colombianos. Hoy, su historia evoluciona entre innovación, sostenibilidad y un propósito transformador.
En Cannes, uno de los escenarios más prestigiosos para la creatividad mundial, una campaña protagonizada por una marca profundamente colombiana sorprendió al jurado. Refisal, parte del portafolio de Brinsa, transformó la superstición de la “mala suerte” en una historia de ingenio, humor y conexión cultural que le valió tres premios bronce. Más allá del reconocimiento, ese logro condensó el espíritu de una compañía que ha aprendido a renovarse sin perder su esencia: estar presente en la vida cotidiana de los colombianos.
Brinsa nació de la sal, un elemento simple pero esencial. Desde hace más de medio siglo, sus productos han acompañado los sabores, las costumbres y los rituales de los hogares del país. “Todos tenemos una bolsita de Refisal en la casa”, recuerda Karen Brazdys, gerente general de la compañía. Esa presencia silenciosa, casi natural, se ha convertido en un símbolo de confianza y cercanía. “Brinsa ha acompañado la vida de los colombianos por generaciones y lo seguirá haciendo, no solo a través de marcas como Refisal y Blancox, sino porque terminamos siendo parte del hogar, de su cotidianidad”, sostiene.
Con el paso del tiempo, la empresa ha evolucionado junto al país y a sus consumidores. Su más reciente renovación de imagen corporativa es una muestra de esa visión de futuro. “Sentimos la necesidad de evolucionar a la velocidad que viene creciendo la empresa. La nueva imagen simboliza crecimiento, modernidad y sostenibilidad, pero también reafirma la esencia de una compañía cercana, innovadora y responsable con la sociedad y el medio ambiente”, explica Brazdys. Esa transformación visual acompaña una serie de hitos recientes, entre ellos, la construcción de una nueva refinería con tecnología de punta, diseñada para optimizar procesos y reducir la huella ambiental.
La nueva planta de Refisal representa eficiencia y competitividad industrial y una apuesta clara por el país. “Estamos invirtiendo en Colombia, y esa es nuestra forma de expresar compromiso”, asegura la directiva. La refinería incorpora procesos que disminuyen el consumo energético y las emisiones de CO2, lo cual consolida su modelo de producción más limpio y sostenible.
Esa misma lógica de innovación se extiende a sus marcas. Refisal ha pasado de la tradicional bolsa de sal a un portafolio diversificado -sales saborizadas, sal Himalaya, sal para asados, entre otras- mientras que Blancox ha afianzado su liderazgo en limpieza y desinfección.
Prueba de ello es el nuevo producto que lanzarán próximamente: hipoclorito de calcio, una sustancia esencial para el tratamiento de aguas y que hasta ahora era importada. Con esta producción nacional, Brinsa fortalece la soberanía productiva y refuerza su propósito de generar bienestar tangible.
Ese propósito también se traduce en acciones sociales concretas. Desde hace tres años, la compañía impulsa Acueductos con propósito, una iniciativa que mejora la calidad del agua en comunidades rurales cercanas a su planta en Cundinamarca. Hasta ahora, con inversiones cercanas a los mil millones de pesos, ha beneficiado a más de 5.000 personas. “Queremos garantizar agua más limpia a las familias de menores recursos y reafirmar nuestro compromiso con el país. Al final, eso es Brinsa: aportar bienestar”, señala Brazdys.
En paralelo, la empresa trabaja para fortalecer su rol como marca corporativa, no solo detrás de sus productos. “Brinsa siempre ha sido de bajo perfil. Hoy, queremos que sea una marca relevante, empleadora, reconocida junto a Refisal y Blancox. Una empresa que le aporta al futuro del país”, comenta.
Ese futuro, dice Brazdys, se construye sobre tres pilares: crecimiento sostenido, innovación y propósito. La compañía se proyecta cada vez más digital, inclusiva y sostenible, conectada con Colombia y comprometida con su gente.
Detrás de la sal que da sabor a las comidas, del cloro que limpia los hogares y de las campañas que ganan en Cannes, hay una historia de transformación constante. Esta empresa ha aprendido que la verdadera fortaleza no está solo en los productos que fabrica, sino en el impacto positivo que deja en las personas, en su entorno y en el país.
Artículo publicado en la edición #500 de los meses de octubre y noviembre de 2025.
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