Scotiabank Colpatria, nos invita a ser parte de una conversación que está cambiando la forma en que percibimos nuestras tarjetas. Su más reciente campaña, "Buenas Tarjetas", evoca esa verdad sencilla y poderosa: lo bueno siempre se recomienda.
¿Cuántas veces, en las conversaciones cotidianas sobre tarjetas, el foco se ha centrado en la cuota de manejo? "Buenas Tarjetas" invierte la ecuación. Sin negar la importancia de la economía, pone en primer plano los beneficios tangibles, esos que convierten una simple herramienta de pago en una aliada para el disfrute, el ahorro inteligente y el crecimiento personal.
La campaña parte de un hallazgo revelador: cuando una tarjeta realmente marca la diferencia, su recomendación fluye naturalmente. No se trata de una imposición comercial, sino de la experiencia genuina de un usuario satisfecho. "Buenas Tarjetas" son así: facilitan las transacciones, sí, pero van mucho más allá. Son ese porcentaje que regresa a tu bolsillo, ese respiro en los gastos cotidianos, ese impulso para alcanzar tus sueños a través de beneficios reales, accesibles y diseñados para cada etapa de la vida.
Porque una buena tarjeta trasciende el descuento puntual en un tiquete aéreo. Es la acumulación de millas que te acerca a ese viaje anhelado, los ahorros significativos en el supermercado, puntos para tanquear el carro, las promociones exclusivas para experiencias imperdibles... esas son las historias que uno comparte.
Y al final, es lo que hace que una tarjeta sea buena: que uno la use, la disfrute…
También le puede interesar: Día Mundial de la Libertad de Prensa: entre la censura tradicional y los nuevos riesgos de la IA
Este es un artículo en colaboración patrocinada con Scotiabank Colpatria.