miércoles, agosto 27, 2025
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El bienestar animal, la nueva exigencia del consumidor colombiano

Una encuesta realizada por Raddar reveló que el 94% de los colombianos prefiere comprar productos de marcas que garanticen el bienestar animal. Más allá del número, la cifra confirma una tendencia que viene cobrando fuerza en América Latina y el mundo: los consumidores no solo observan el precio o la calidad de un alimento, también preguntan cómo fue producido.

En un país donde la proteína aviar representa más del 40% del consumo de carne, este cambio en el comportamiento del consumidor podría tener consecuencias profundas para el sector. Y algunas marcas ya están respondiendo.

Una de ellas es Friko, que recientemente recibió el Sello Avícola de Sostenibilidad en categoría Diamante, una certificación entregada por ICONTEC con respaldo de Fenavi, que evalúa prácticas relacionadas con el bienestar animal, el impacto ambiental, los estándares laborales y la sostenibilidad económica.

La marca, con más de cuatro décadas en el mercado, sostiene que ha transformado su modelo productivo en torno a una filosofía que llama “el arte del buen hacer”. En la práctica, esto se traduce en garantías de agua potable, nutrición balanceada y hasta la implementación de música ambiental en los galpones, con el objetivo de mejorar las condiciones de vida de las aves y de los trabajadores.

Organizaciones como World Animal Protection y la FAO han documentado cómo la preocupación por el bienestar animal se ha intensificado en los últimos años, particularmente entre consumidores jóvenes y urbanos. En países europeos, esta presión ha llevado a cambios legislativos, campañas de etiquetado y transformaciones en las cadenas de abastecimiento de grandes superficies.

En Colombia, el fenómeno empieza a permear de manera más visible. Según la misma encuesta realizada por Radar, el 61% de los colombianos cree que un pollo tratado dignamente tiene mejor sabor y propiedades nutricionales, una percepción que mezcla razones éticas con consideraciones prácticas. Es un consumidor carnívoro consciente, quien disfruta de la proteína animal pero exige códigos éticos en la producción para consumirla.

Además del trato a los animales, el consumidor también está valorando otros factores como la trazabilidad del producto, el impacto ambiental de la cadena productiva y la formalización laboral.

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