viernes, septiembre 19, 2025
Andrea Lievano.

Desde hace años escuchamos que los medios tradicionales: televisión, prensa escrita, radio y portales web, están en peligro de extinción. Sin embargo, cada vez que ocurre un hecho de relevancia global, nacional o local, seguimos acudiendo a ellos para verificar si la información es cierta. Al menos, quienes valoramos la verdad y el contexto.

A pesar de esto, es una realidad que muchos de estos medios ya no gozan de la credibilidad que alguna vez tuvieron. Creo que una de las razones, es que en varios casos, los intereses de sus propietarios o el sesgo ideológico de sus periodistas influyen en el enfoque de las noticias. Esto ha generado una desconfianza creciente, sobre todo entre las generaciones más jóvenes, quienes terminan refugiándose en redes sociales. El problema es que, al hacerlo, se abre paso a la desinformación y a la propagación masiva de fake news.

No escribo esta columna para atacar o defender a los medios tradicionales. Desde mi carrera y visión personal, siempre he creído que son un pilar fundamental para la información y así mismo validar la reputación de una persona, marca o empresa. Sin embargo, también debo reconocer que yo misma consumo medios afines a mi forma de pensar. Y ahí comienza el dilema: ¿estamos buscando información o confirmación?

Hace poco conversé con un amigo que está lanzando un portal de noticias para Latinoamérica llamado voxlatam.com. Se trata de una plataforma que no se enfoca en la cobertura de noticias de último minuto, sino que ofrece análisis profundos y objetivos a través del uso de inteligencia artificial. Lo interesante es que recopila información de múltiples fuentes, la procesa y genera artículos neutrales basados en datos verificados.

Aclaro un punto importante: cuando hablo de no cubrir “noticias de último minuto”, me refiero a que el AI Agent que alimenta esta plataforma no publica información en tiempo real mientras los hechos aún se están desarrollando. Por ejemplo, si ocurre un tiroteo en una escuela de Utah y los medios reportan de inmediato: “Hay dos heridos. Esta es una noticia en desarrollo”, VoxLatam no publica esa información hasta que haya suficiente contexto y verificación. La instrucción al AI Agent es esperar, analizar y publicar únicamente cuando los datos estén consolidados, para evitar errores o titulares basados en información incompleta. Usualmente, si la noticia cumple con los parámetros establecidos en su entrenamiento, se publica dentro de un plazo aproximado de 24 horas. Este enfoque puede ser ajustado o refinado según la evolución del modelo, pero responde a una necesidad muy actual: informar con responsabilidad antes que con inmediatez.

Esta conversación me llevó a reflexionar sobre el futuro de las casas editoriales y cómo deberán adaptarse a este nuevo ecosistema.

Según el informe Digital News Report 2024 del Instituto Reuters, solo el 40% de las personas a nivel global confía en las noticias que consume, y en América Latina esa cifra puede ser aún más baja en países con polarización política. Además, el estudio revela que los jóvenes de entre 18 y 24 años prefieren informarse a través de redes sociales (TikTok, Instagram, YouTube) en lugar de acudir a medios formales. Esta tendencia representa una amenaza real: muchas personas opinan con autoridad sobre temas complejos basándose en lo que "leyeron en internet" o "se lo dijo ChatGPT", sin verificar fuentes ni contexto. Y no es un fenómeno exclusivo de los jóvenes; todos conocemos a alguien que comparte cadenas de WhatsApp sin contrastar la información.

Frente a esta transformación, me atrevo a afirmar que el futuro de los medios que no son de nicho está seriamente amenazado, no solo por la tecnología, sino por el cambio en los hábitos de consumo y la demanda de una narrativa más transparente y libre de juicios.

Los medios de nicho, especializados y con una comunidad clara, seguirán creciendo. Pero aquellos que no se adapten a este nuevo paradigma, donde el lector exige autonomía para interpretar los hechos, corren el riesgo de desaparecer.

Lo dejo como una pregunta abierta:

¿Estamos ante el renacimiento del periodismo analítico, impulsado por inteligencia artificial y lectores más críticos?
¿O será simplemente otra ola más en la evolución mediática que nos obliga, una vez más, a adaptarnos o morir?

En un mundo donde cada día nace una nueva app, un nuevo portal o una mejor versión del día anterior, la única constante es el cambio. ¿Qué opinas tú?

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Miguel Dallos
Leonardo
Camilo Herrera