El lanzamiento multilingüe de Lux, el nuevo disco de la cantautora española, abrió el terreno para que la compañía de aprendizaje de idiomas volviera a demostrar cómo se hace marketing cultural en tiempo real: rápido, irreverente y estratégicamente alineado con la Generación Z.
En cuanto Lux salió al mundo, Rosalía volvió a hacer lo que mejor sabe: convertir un álbum en un fenómeno cultural total. Catorce idiomas en un mismo disco no solo evidencian una ambición artística inusual; construyen un contexto perfecto para que una marca obsesionada con el lenguaje, como Duolingo, encuentre un nuevo escenario para jugar.
La aplicación lo entendió al instante. Mientras la conversación global se convertía en un torbellino de análisis lingüísticos, reacciones fanáticas y debates sobre metáforas, Duolingo apareció en redes con un movimiento quirúrgico: su búho verde reinterpretando “Berghain”, el primer sencillo de Lux. No era un simple guiño; era una pieza diseñada para insertarse en la ola cultural antes de que rompiera del todo.
En el video, el búho aparece caracterizado como Rosalía, con hábito monjil, planchando ropa, apoyado en una bañera y moviéndose con la misma cadencia dramática del videoclip original. El humor, esa disciplina que Duolingo domina, funciona en le marketing como punto de entrada para ampliar la conversación sin restarle relevancia al fenómeno musical.
La versión de Duolingo es más sencilla, más directa, pero también útil. Los versos en alemán aparecen subtitulados, convirtiendo un gesto de fan culture en un ejercicio educativo que encaja naturalmente en el ADN de la marca. En un entorno saturado por reacciones superficiales, Duolingo apuesta por un híbrido entre entretenimiento y pedagogía que la vuelve difícil de ignorar.
La jugada no es nueva en su estrategia, pero sí particularmente efectiva. La marca ha demostrado que entiende cómo funcionan los ciclos de atención: ya “mató” y “resucitó” a su mascota, irrumpió en tendencias globales y construyó un tono irreverente que resulta especialmente atractivo para la Generación Z, el mismo público que sostiene buena parte del imperio cultural de Rosalía.
En este caso, la conexión va más allá del oportunismo. Rosalía canta en catorce lenguas, cada una con matices semánticos y metáforas densas que han generado análisis en redes. Para una plataforma que enseña idiomas y celebra la diversidad lingüística como un valor, Lux es prácticamente un regalo creativo.
La conversación alrededor de Berghain, el primer sencillo, sus metáforas, su complejidad lingüística, su estética austera, encaja con un contexto donde aprender idiomas es menos un propósito académico y más una forma de navegar la cultura global. Duolingo detectó esa pulsión y la convirtió en acción con una agilidad que pocas marcas logran sostener.
La estrategia demuestra que el verdadero poder del marketing cultural no está en sumarse a todo, sino en sumarse a lo que tiene sentido para cada marca. Duolingo no persigue la tendencia: la interpreta, la transforma y la devuelve a la audiencia en un formato que solo ella podría hacer.
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