El más reciente estudio del Grupo Adecco, Global Workforce of the Future: Working through change. Adapting to an AI-driven world of work, afirma que dos de cada cinco trabajadores en el mundo han sentido burnout en el último año.
De acuerdo con el más reciente estudio global anual del Grupo Adecco, Global Workforce of the Future: Working through change. Adapting to an AI-driven world of work (la fuerza laboral mundial del futuro: cómo afrontar el cambio y adaptarse a un mundo laboral impulsado por la inteligencia artificial), 2 de cada 5 trabajadores a nivel mundial (40%) han sentido burnout en el último año, lo que es similar a los niveles registrados en 2023 y 2022.
“Durante la temporada de fin de año, muchos colaboradores experimentan una sobrecarga de trabajo debido a los cierres de proyectos, plazos ajustados y presión para alcanzar metas anuales. Además, los compromisos familiares y sociales se intensifican, lo que dificulta equilibrar la vida personal y laboral. Esto, sumado a tensiones propias de la época y falta de tiempo para el descanso, lo que eleva el nivel de estrés”, afirma Juan Zamora, gerente HSE y Sustentabilidad de Adecco Colombia.
El experto añade que dentro de las señales de alerta que indican una sobrecarga de trabajo, están la fatiga constante, insomnio, irritabilidad, pérdida de motivación y problemas para concentrarse, por lo que si estos signos persisten, es crucial buscar apoyo profesional ya que podrían desencadenar en un síndrome de burnout o afectar la salud física.
A continuación, cuatro claves para apoyar el bienestar del personal al interior de una organización en periodos de alta demanda como el fin de año:
- Promover horarios flexibles: ofrecer la posibilidad de ajustar la jornada según los intereses propios y familiares, puede reducir el estrés y mejorar el equilibrio entre el trabajo y la vida personal; además permite una mayor autonomía, lo que aumenta la satisfacción y productividad.
- Organizar talleres de manejo del estrés o pausas activas: implementar espacios dedicados a enseñar técnicas de relajación, estiramientos o mindfulness durante el horario de trabajo, ayuda a disminuir la tensión acumulada, promoviendo un ambiente más saludable con el fin de manejar la presión y fomentar la resiliencia.
- Reconocer el esfuerzo de los equipos: propiciar un entorno donde los colaboradores se sientan valorados, es vital para mantener altos niveles de motivación y compromiso. Reconocer públicamente los logros y el esfuerzo individual y colectivo refuerza la cultura de respeto y apreciación dentro de la compañía.
- Favorecer la desconexión laboral al finalizar su jornada: Establecer límites claros entre el tiempo de trabajo y personal, es fundamental para evitar el agotamiento, y crucial para la tranquilidad mental y emocional.
Asimismo, hay tres prácticas individuales que los trabajadores pueden implementar para manejar el estrés relacionado a las dinámicas de empleo:
- Realizar actividades de bienestar: ejercicio físico, meditación o técnicas de respiración, ayudan a reducir la presión y mejorar la salud.
- Adoptar hábitos de autocuidado: mantener una buena alimentación, dormir bien y desconectarse de las tareas, permite recargar energías.
- Organizar tareas y tiempo: priorizar, delegar y establecer límites entre empleo y vida personal reduce la sobrecarga ocupacional.
En un entorno laboral cada vez más exigente, especialmente en épocas de alta demanda como lo es diciembre, cuidar la salud mental y física, no solo es una prioridad, sino también una estrategia para garantizar el desempeño óptimo y la salud integral de los equipos. Implementar prácticas organizacionales e individuales que fomenten el equilibrio, la motivación y la desconexión resultan esenciales para prevenir el estrés crónico y sus efectos negativos, contribuyendo a un ambiente de trabajo más seguro y sostenible.
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