viernes, julio 25, 2025
Campañas

Dog Yurt: la campaña de Alpina que se metió en la mente de los perros (y del mercado)

¿Qué haría tu perro si pudiera hablar? ¿Te pediría otro paseo? ¿Un trozo de pollo? ¿Que no te vayas a trabajar? Alpina decidió ir más allá y responder esa pregunta desde el marketing, con ayuda de la inteligencia artificial más avanzada de Google.

Así nació Dog Yurt, el primer comercial colombiano completamente creado con IA generativa, una campaña que pone a los perros como voceros emocionales, pero también como vehículo de innovación.

El spot, estrenado este 21 de julio durante el Día Mundial del Perro, presenta a una médium canina que traduce lo que los perros sienten por sus humanos. Pero no se trata de una actriz disfrazada ni de una producción con animales entrenados: todo lo que vemos fue creado con IA, incluyendo los perros, las voces y los escenarios. La herramienta utilizada fue VEO3, el modelo audiovisual de Google DeepMind, que permite generar videos de alta calidad a partir de texto, sincronizar audios, emociones y efectos de manera automática, y lo más importante: hacerlo todo sin rodajes físicos.

En este comercial, los perros hablan con voz humana y se parecen físicamente a sus dueños, en un guiño visual que refuerza la idea de que el vínculo entre humano y mascota es tan fuerte que incluso se refleja en sus rostros. La historia es breve pero potente: un perro le agradece a su dueña por todo lo que le da. Y entre las cosas que menciona, está Dog Yurt, la línea de snacks que Alpina lanzó para mascotas, como parte de su diversificación de portafolio.

Más allá de la ternura del mensaje, lo interesante es la estrategia detrás. Alpina no solo está vendiendo un producto nuevo: está abriendo una nueva narrativa. Al elegir contar esta historia con herramientas 100 % digitales, la marca se posiciona como pionera en el uso de IA generativa en publicidad en Colombia, e incluso, en América Latina. Y lo hace con una campaña que no se siente robótica ni lejana, sino profundamente emocional. Una forma de decir: sí, la inteligencia artificial puede automatizar procesos, pero también puede producir ternura, empatía y recordación.

La idea es clara: contar historias desde el presente, con herramientas que hablen en el lenguaje del futuro. En este caso, una historia contada por un perro que no existe, pero que nos representa a todos los que alguna vez le hemos dicho a nuestra mascota: “¿Tú me entiendes, cierto?”

Porque sí, puede que los perros no hablen. Pero ahora, gracias a la IA, las marcas pueden hablar como si lo hicieran. Y cuando esa voz suena auténtica, cálida y cargada de afecto, el mensaje llega. A ti. Al algoritmo. Y a ese lomito que mueve la cola mientras tú lees esto.

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