miércoles, octubre 29, 2025
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En la temporada alta de eventos tech, las marcas que mejor convierten innovación en valor son las que diseñan vivencias con propósito local: activaciones que educan, emocionan y dejan un “para qué” claro.

Septiembre y octubre son meses en los que la conversación tecnológica vibra con fuerza en nuestra región. En pocos días, Andicom llenó Cartagena de líderes, ideas y demostraciones; enseguida, São Paulo convoca a Futurecom y su ecosistema de conectividad; y, en paralelo, el pulso global trae agendas que marcan tendencia —de Vision y los foros de foundry a los grandes encuentros de innovación— que luego aterrizan en América Latina. La pregunta para marketing no es “qué se lanzó”, sino cómo se vive: ¿qué experiencia se llevó la audiencia y qué historia recordará semanas después?

La tentación natural es convertir IA, 5G o nuevas capacidades gráficas en un desfile de especificaciones. Pero el consumidor latino reacciona distinto cuando esas tecnologías se traducen en beneficios humanos: productividad real en el trabajo, seguridad y privacidad mejor entendidas, inclusión para más territorios, aprendizajes tangibles para estudiantes y pymes. Por eso, los eventos que “mueven la aguja” ya no son vitrinas; son vivencias que combinan demostraciones con storytelling y espacios de co-creación.

Tres claves están marcando la diferencia. Primero, el propósito local. En Andicom 2025, el foco en “desbloquear un futuro digital” convivió con discusiones sobre derechos digitales y ética algorítmica: temas que construyen confianza y relevancia cultural cuando se explican con ejemplos cercanos. Ese encuadre permite que cada demo de IA o ciberseguridad responda a un “para qué” ciudadano y no solo a un “cómo” técnico.

Segundo, la escala que habilita comunidad. Futurecom anticipa más de 30.000 profesionales y 300 marcas: un laboratorio ideal para testear formatos, escuchar a clientes B2B y abrir mesas de co-creación con partners. Esa densidad relacional, bien curada, convierte un stand en un taller de problemas: menos show, más solución.

Tercero, el puente entre innovación global y casos regionales. Este año, foros como Vision han puesto énfasis en IA lista para empresa —de la nube al borde—, mientras los encuentros de foundry congregaron a cientos de socios del ecosistema. La oportunidad para las marcas en LatAm es “tropicalizar” esos marcos: bajar ideas complejas a demos guiadas, talleres breves y métricas que importan al CFO y al CMO. Cuando el asistente sale con un checklist claro (qué implementar en 90 días, cómo medir impacto), la experiencia trasciende el evento.

¿Qué funciona, en concreto?

Activaciones donde la persona hace: mini-labs de IA aplicada a tareas diarias; simuladores que muestran el salto de rendimiento en flujos reales; clínicas de ciberseguridad que reemplazan passwords por experiencias de autenticación modernas; espacios para que pymes de regiones no centrales cuenten sus retos y co-diseñen soluciones con expertos. Allí la tecnología deja de ser promesa y se vuelve recuerdo útil.

También ayuda salir del perímetro de la capital. La gira Colombia 4.0 – Territorios Digitales cerrará en Bogotá tras once encuentros regionales: una señal potente de que el talento y las audiencias están distribuidas. Llevar experiencias a esos territorios es coherente con el relato de inclusión que Latinoamérica necesita: menos centralismo, más oportunidades de primera mano.

Cierro con una convicción: en nuestra región, la innovación emociona cuando se entiende y se vive. No ganan las marcas que hablan más fuerte, sino las que escuchan mejor, cuentan una historia honesta y permiten que la audiencia experimente el valor en primera persona. IA, 5G y el músculo gráfico importan; pero lo que late en el corazón del consumidor latino es la experiencia significativa que se lleva a casa.

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