La IA, en esencia, es un campo de la ciencia de la computación que busca crear sistemas capaces de imitar tareas que requieren inteligencia, algunas de las cuales se asemejan a las realizadas por seres humanos. Tareas como reconocimiento de objetos son algunas de las labores que emulan las inteligencias artificiales donde el ser humano es el referente.

Sin embargo, la IA también puede realizar tareas basadas en patrones extraídos de grandes volúmenes de datos, como el pronóstico de ventas a partir del análisis de históricos. Esto demuestra la versatilidad de la inteligencia artificial, que puede ser tanto específica como basada en la memoria, dependiendo de su aplicación.

Según estudios recientes, el 84% de los ejecutivos creen que la escalabilidad de la IA es crucial para la supervivencia de sus negocios en los próximos cinco años. Sin embargo, el 76% se enfrenta a desafíos para lograr esta escalabilidad.

Este tipo de tecnología se ha expandido a grandes escalas en el mundo empresarial, y uno de sus tipos más destacados es la IA generativa, que democratiza su uso al emular la creatividad humana y poner el lenguaje como herramienta principal. Por lo tanto, la IA ya es parte integral de las tareas diarias y empresariales, aportando valor al aumentar la productividad, democratizar su acceso y mejorar la eficiencia; permitiéndole a las personas centrarse en tareas que requieren habilidades humanas profundas, mientras que la IA asume las tareas más rutinarias y repetitivas.

Sin embargo, Múnera advierte sobre los riesgos de la inteligencia artificial, incluida la necesidad de regulación, consideraciones de derechos humanos y la importancia de reducir sesgos y errores en su aplicación. Para implementar la IA en los procesos empresariales, el experto sugiere tres pasos clave.

1. Enfocarse en el negocio identificando casos de uso con potencial de creación de valor y calculando el retorno de inversión.
2. Centrarse en las personas y adaptar las funciones de los roles para colaborar con la IA.
3. Invertir en infraestructura y gobernanza para garantizar un desarrollo responsable de la IA.

Esta tecnología ofrece un vasto potencial para transformar y mejorar los procesos empresariales, pero también plantea desafíos que deben abordarse cuidadosamente. La colaboración efectiva entre humanos y máquinas es clave para aprovechar al máximo esta poderosa tecnología en beneficio de la humanidad y las empresas.

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