
Respirar para liderar no es una metáfora. Es la base de una experiencia que combina breathwork e inmersión en hielo para formar líderes más conscientes, creativos y conectados.
En el mundo corporativo, hablar de liderazgo suele estar asociado a estrategias, cifras, resultados. Pero liderar —de verdad— empieza mucho antes del Excel y mucho más cerca del cuerpo. Esa es la premisa de BE | Breathwork Experience, un espacio que combina respiración consciente e inmersión en hielo para conectar con uno mismo, desbloquear la creatividad y desarrollar habilidades de liderazgo desde la raíz: el autocontrol, la vulnerabilidad y la confianza.
La experiencia no es una charla motivacional ni un team building convencional. Es una vivencia que se siente en el cuerpo, que incomoda y sacude, que se mete debajo de la piel. Empieza con una sesión intensa de breathwork (respiración hiperventilada guiada) en la que cada inhalación parece abrir una puerta interior y cada exhalación deja ir algo que ya no sirve. Lo que sigue es una inmersión en hielo, que lejos de ser una moda, se convierte en un espejo: ante el frío, no hay jerarquías, solo personas enfrentando sus límites.
¿Y qué tiene que ver todo esto con liderar un equipo? Todo.
La respiración nos obliga a estar presentes, a observar cómo reaccionamos ante la incomodidad, la presión o el miedo. Nos confronta con nuestros automatismos y nos enseña a elegir, a responder en vez de reaccionar. Esa es la base del liderazgo consciente: saber autorregularse para poder guiar a otros con claridad, empatía y propósito.
Por otro lado, el hielo se convierte en una metáfora poderosa del trabajo en equipo. Entrar al agua helada acompañado por otros, sabiendo que todos sienten lo mismo pero siguen adelante, crea una conexión profunda que las dinámicas tradicionales no logran. Se derrumban máscaras, se cultiva la escucha, se fortalece el sentido de comunidad.
Quienes han vivido la experiencia con BE coinciden en que no solo salieron con más herramientas para manejar equipos, sino con un renovado sentido de sí mismos. "Me ayudaron a volver a mi centro", cuenta una participante. "Estas actividades ayudan a que los equipos se compenetren mucho más, a conectar con la vulnerabilidad, sin duda eso es muy importante para la creación de equipos de alto desempeño".
Además, esta práctica potencia la creatividad. Al liberar tensiones físicas y emocionales, y al silenciar por un momento el ruido mental, el cuerpo se convierte en un canal para nuevas ideas. En un mundo saturado de estímulos, aprender a pausar y respirar puede ser el acto más radical y transformador.
BE | Breathwork Experience propone una nueva forma de liderar: desde la conexión, no desde el control; desde el cuerpo, no solo desde la mente. Porque antes de guiar a otros, hay que saber guiarse a uno mismo. Y a veces, todo empieza con una respiración profunda.
"Los equipos que conectan desde el ser y el propósito son mucho más productivos, solidarios y alcanzan resultados con mayor impacto. Ofrecerles experiencias transformadoras es clave para que incrementen su sentido de pertenencia a las empresas y sean mejores en todas sus dimensiones" afirma Angélica González, fundadora de Be.
También le puede interesar: No pares de volar… ni de cuidarlo, el kit antiestrés para perros viajeros de Gabrica y Wingo