martes, diciembre 16, 2025

Con el paso de los años, el influencer marketing ha dejado de ser una novedad para convertirse en uno de los tipos de publicidad más importantes en la estrategia de comunicación de los anunciantes.

El negocio ha cambiado tan rápido que hoy ya existen influenciadores virtuales que protagonizan campañas y compiten con los seres humanos en la captación de audiencias. Ante su creciente relevancia y dinamismo, es previsible que en los próximos años encontremos nuevos paradigmas que guíen la operación de esta industria.

Paulatinamente, los reguladores mundiales han incrementado su interés en los influenciadores, por lo que es esperable que se sigan expidiendo normas que regulen la profesión y la comunicación de los mensajes al consumidor. Por ejemplo, en octubre de 2025, la Administración del Ciberespacio de China expidió una norma que establece como obligatorio contar con un título profesional o una certificación para opinar sobre ciertos temas de relevancia pública, como medicina, derecho, finanzas o educación. En Reino Unido y algunos países europeos, el uso de filtros o inteligencia artificial para retocar fotos, en especial en relación con productos cosméticos, debe ser revelado a los consumidores. Estas normas empezarán a replicarse en Colombia en los próximos años, por lo que los actores de la industria deben incorporar buenas prácticas que les permitan anticiparse a estas exigencias.

Así mismo, la industria de las redes sociales enfrenta nuevos retos como el social media ban, adelantado en Australia recientemente, con el que se intenta que los menores de 16 años no tengan acceso a redes sociales. Un acontecimiento como estos genera muchas preguntas: ¿Qué va a pasar con los influenciadores menores de edad? ¿Cómo llegarán las marcas a las audiencias más jóvenes? ¿Cuál es el papel de la tecnología en la creación de una generación más sana? En Colombia, no nos estamos haciendo estas preguntas hoy, pero seguramente serán temas que se incluirán en la agenda pública en los próximos años.

Por otra parte, el furor de los avatares virtuales no se ha consolidado en Colombia como en Asia o Estados Unidos, pero innegablemente es una tendencia que llegará pronto y frente a la cual las normas actuales no serán muy útiles. Vale la pena pensar si un influenciador virtual engaña al consumidor cuando recomienda un producto que no puede consumir. Otro evento sobre el que deberíamos reflexionar es qué pasa si un influenciador virtual realiza comentarios despectivos y esto afecta a una marca, ¿ quién es el responsable?

En conclusión, a los influenciadores se les vienen años de muchos cambios tanto en las normas que los regulan, como en el funcionamiento de las plataformas a través de las cuales difunden sus mensajes; sus audiencias y los nuevos actores digitales con los que van a competir por la audiencia y los anunciantes.

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Miguel Dallos
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