En una era donde la competencia es cada vez más grande y la atención del consumidor es muy difícil de captar, los métodos tradicionales de venta se ven obsoletos y están quedando en el pasado. Muchos usuarios lo que buscan actualmente cuando llaman a un servicio al cliente, es que la empresa o el agente que lo está atendiendo, realmente le brinde una solución, y que a su vez sea ágil y acertada.
Hoy, una de las herramientas que se está posicionando como el eje central de la transformación comercial son los agentes de inteligencia artificial. Desde la atención al usuario hasta la personalización de las ofertas, están redefiniendo la forma en que las empresas interactúan con sus clientes y, lo más importante, cómo venden. La pregunta ya no es si los agentes de IA deben formar parte de la estrategia comercial, sino cómo aprovecharlos al máximo.
Una investigación de Salesforce sobre el Estado del Cliente Conectado revela que la confianza de los consumidores en las empresas está en un mínimo histórico y que estas tecnologías de agentes de IA están subiendo las apuestas para las marcas. Actualmente, el 60% de las personas considera que los avances en nuevas tecnologías hacen que la confianza sea aún más importante. Y con el aumento de los agentes de IA, los hallazgos apuntan a oportunidades reales para que las empresas recuperen a los consumidores con agentes confiables. Esta oportunidad es mayor con la Generación Z, ya que casi un tercio de los consumidores afirma que se sentirían cómodos teniendo un agente que compre en lugar de ellos.
Es por eso que hoy se hacen cada vez más importantes soluciones como Agentforce, que permite a las empresas crear y desplegar agentes de IA que pueden actuar de forma autónoma en cualquier función empresarial. Este va más allá de los chatbots y copilotos, utilizando habilidades avanzadas de razonamiento para tomar decisiones y ejecutar acciones, como resolver casos de clientes, calificar clientes potenciales y optimizar campañas de marketing.
Esta nueva era de la IA que denominamos la “agéntica”, está redefiniendo lo posible en el ámbito empresarial, debido a la capacidad de personalización extrema que puede ofrecer. Los agentes pueden analizar grandes volúmenes de datos sobre preferencias de los consumidores, comportamiento de compra e incluso patrones emocionales en el lenguaje de comunicación. Con esta información, pueden generar ofertas precisas, anticiparse a las necesidades del cliente y mejorar la conversión de ventas de manera más eficiente que los métodos tradicionales. A nivel macroeconómico, esta solución puede ayudar a que las compañías sean más competitivas, y así subir este índice como país a nivel global.
Hoy, un cliente puede recibir atención única y relevante en cuestión de segundos, sin importar la hora ni el canal de comunicación. Esto tiene más sentido cuando alrededor del 67% de los consumidores se frustra al tener un servicio al cliente que no puede resolver sus problemas de inmediato.
Si bien algunos pueden ver esta tecnología con recelo, argumentando que reemplazaría la interacción humana, la realidad es que los agentes de IA no están diseñados para sustituir el trabajo humano, sino para potenciarlo. Para lograr esto, las empresas deben adoptar un enfoque estratégico, holístico y centrado en las personas. No es integrar la tecnología porque está de moda, sino porque es un elemento esencial para afrontar retos, impulsar la innovación, tener una eficiencia y éxito sostenibles a largo plazo.
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