En los últimos meses hemos visto cómo el ecosistema de medios atraviesa una transformación profunda. Algunos medios han cerrado, otros han reducido sus equipos, y muchos periodistas están migrando a formatos independientes o digitales.
La audiencia se mueve, los hábitos cambian y el modelo de negocio tradicional parece no dar abasto frente a la velocidad con la que evoluciona el entorno. No se trata solo de una crisis de sostenibilidad; es también una crisis de propósito, de conexión, de formatos y de visión compartida. Y frente a ese panorama, la industria del PR también se ve afectada.
Porque aunque el mundo de las relaciones públicas ha ampliado sus herramientas, canales y lenguajes, sigue dependiendo, en gran parte, de los medios para amplificar mensajes, generar legitimidad y fortalecer vínculos. Por eso, hoy más que nunca, vale la pena preguntarnos: ¿qué pasa si dejamos de reconocernos como aliados? ¿Hacia dónde va el PR sin medios… y hacia dónde van los medios sin PR?
En el mundo del PR, seguimos esperando que existan espacios, tiempo y atención para contar lo que nuestros clientes hacen. Seguimos necesitando medios, pero… ¿los estamos cuidando? ¿Estamos realmente trabajando juntos?
Porque aquí hay algo que no podemos perder de vista: los medios y las relaciones públicas no somos enemigos, ni piezas sueltas. Somos parte de un mismo ecosistema. Dos lados de una misma conversación. Ambas partes trabajamos por lo mismo: comunicar con propósito, aportar contexto, generar impacto, construir confianza, informar sin aburrir y emocionar sin manipular. Pero a veces lo olvidamos. A veces el ego, los tiempos, los procesos, las métricas o la presión de los resultados nos hacen sentir que estamos en bandos distintos. Y no, no debería ser así.
Como profesionales de PR, necesitamos entender los retos que enfrentan los periodistas. Sus tiempos, sus recursos limitados, sus prioridades editoriales. Pero también es importante que los medios reconozcan la transformación del PR, que ya no es solo earned media. Hoy PR también es paid actions. Y cuando desde las agencias pedimos propuestas de valor en ese frente, necesitamos que los medios estén a la altura creativa de lo que tanto exigimos desde nuestro lado. No se trata solo de vendernos un banner. Se trata de pensar juntos, de proponer nuevos formatos, de cocrear ideas que realmente tengan sentido para las audiencias y para las marcas. Creatividad no es solo tarea de la agencia; es también un llamado para los medios.
En un mundo donde la atención está dispersa y los canales se multiplican, más que nunca necesitamos trabajar como equipo. Porque el desafío de comunicar bien es cada vez mayor. Y también lo es la responsabilidad. Hoy, el verdadero valor está en crear contenido relevante que le importe a la gente. En traducir lo complejo en algo entendible. En mantener vivas las conversaciones importantes.
Por eso, cuando me preguntan hacia dónde va el PR sin medios o qué futuro tienen los medios sin PR, mi respuesta es clara: o vamos juntos o no vamos. Porque no se trata de elegir un camino distinto, sino de reconstruir juntos. De volver a vernos como un equipo que, desde lados distintos, trabaja por el mismo fin: comunicar mejor.
No se trata de deslumbrar, sino de conectar. De encontrar el equilibrio entre lo que impacta y lo que aporta. Y eso solo se logra cuando entendemos que, más que bajar la luna, lo importante es que la historia que contamos llegue a donde tiene que llegar. Y para eso, necesitamos estar juntos en la misma conversación.
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