miércoles, diciembre 17, 2025
ANDA: Marcando la ruta de la comunicación responsable

Hoy, cada mensaje compite no solo por atención, sino por credibilidad, propósito y coherencia. El auge de los influenciadores, la inteligencia artificial, consumidores cada vez más exigentes y un debate permanente sobre sostenibilidad han puesto a la industria frente a una pregunta clave: ¿cómo comunicar en un entorno donde la relación entre marcas, personas y sociedad evoluciona a gran velocidad?

La respuesta está en asumir los cambios con criterio. Lejos de ser obstáculos, son desafíos y señales de oportunidad. Nos invitan a evolucionar, a trabajar unidos como industria y a demostrar que, cuando la comunicación comercial se ejerce con responsabilidad, no solo conecta productos con personas, por el contrario, fortalece el criterio del consumidor, impulsa mejores prácticas y tiene la capacidad real de transformar cultura y sociedad.

En Colombia —como en el mundo— las conversaciones sobre salud, bienestar, sostenibilidad, confianza y transparencia son cada vez más exigentes. En ese escenario, la publicidad cumple un rol que va mucho más allá del estímulo de compra: informa, orienta, educa y contribuye a que las personas tomen decisiones más conscientes.

Este principio adquiere especial relevancia cuando se trata de mensajes dirigidos a niñas, niños y adolescentes. Comunicar con rigor, claridad y sensibilidad contribuye a que las familias tomen decisiones informadas y a que los menores desarrollen una relación más saludable con la información que reciben.

Esta reflexión trasciende categorías. Tecnología, finanzas, alimentos, cuidado personal, movilidad y entretenimiento —entre muchas otras— tienen el potencial de aportar a una sociedad más informada, consciente y crítica. Reconocer ese alcance implica entender que la publicidad no es un actor marginal, sino una herramienta con capacidad real de incidir en la cultura y en los comportamientos sociales.

Desde esta perspectiva, el desafío no radica en la regulación en sí misma, sino en cómo lograr que se convierta en un impulsor de mejores prácticas, sin limitar la innovación ni desincentivar la responsabilidad. Hoy, la publicidad tiene la oportunidad —y la responsabilidad— de elevar la conversación.

No se trata solo de cumplir normas, sino de asumir un liderazgo que impulse decisiones informadas, promueva mayor transparencia y fortalezca la confianza entre marcas y ciudadanos. La publicidad es, en esencia, un puente entre empresas, consumidores y sociedad.

El futuro del marketing no dependerá de cuánto limitemos la publicidad, sino de cuánto la orientemos hacia el bien común. Si como industria abrazamos una comunicación responsable, podremos demostrar que sostenibilidad y marketing no son fuerzas opuestas, sino aliadas estratégicas para construir una sociedad más consciente, más crítica y mejor preparada para los desafíos que vienen.

Los invito a quedarnos con esta reflexión: a través de la publicidad se puede asumir un rol activo en la construcción de decisiones más informadas y responsables. La publicidad responsable no es un freno, sino un catalizador del cambio positivo en nuestra sociedad. El desafío que enfrentamos no es la regulación en sí misma, sino cómo logramos que sea un impulsor de mejores prácticas sin limitar la innovación ni desincentivar la responsabilidad.

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Miguel Dallos
Leonardo
Camilo Herrera