Para nadie es un secreto que en los últimos años el sector del entretenimiento en Colombia ha mostrado mucha resiliencia, destacándose como un motor clave en la recuperación económica del país.
A pesar de los desafíos económicos y globales que hemos sorteado entre 2020 y 2023, esta industria no solo sobrevivió, sino que prosperó. Mientras el Producto Interno Bruto (PIB) nacional enfrentaba fluctuaciones significativas, el entretenimiento creció un 33% en 2021 y un impresionante 37,9% en 2022. Estos números reflejan algo más que estadísticas: revelan una industria capaz de generar empleo, atraer inversión y estimular el consumo, contribuyendo al bienestar de millones de colombianos.
Sin embargo, detrás de cada concierto, evento deportivo o espectáculo cultural que contribuye a este crecimiento económico, se encuentra un aspecto fundamental tras bambalinas que, si no se gestiona correctamente, podría convertir cualquier éxito en un desastre: la seguridad. En un mundo donde las multitudes y el entusiasmo son el alma de los eventos masivos, es fácil dejarse deslumbrar por el crecimiento y la popularidad de estos. Por ello, como parte de uno de los recintos más importantes del país, puedo afirmar que la medida del éxito de un evento no se mide solo por su capacidad para atraer multitudes, sino por la certeza de que cada asistente regrese a casa sano y salvo, haciendo de estos una experiencia inolvidable.
En 2024, por ejemplo, los incidentes durante la final de la Copa América en el Hard Rock Stadium de Miami nos dieron una clara advertencia. A pesar de las medidas estándar de seguridad implementadas, en un país donde los eventos masivos son pan de cada día, el caos generado por la afluencia masiva de aficionados sin boletos, accesos sin prefiltro y otras condiciones de seguridad y logística, se evidenció que incluso los eventos mejor organizados pueden enfrentarse a desafíos imprevistos. Este tipo de situaciones nos recordaron la importancia de la planificación minuciosa y el cumplimiento estricto de las normativas de seguridad y regulatorias.
Y por esto mismo en Coliseo MedPlus, por ejemplo, hemos adoptado un enfoque riguroso hacia la seguridad, que comienza mucho antes de que se abran las puertas al público. La obtención de permisos, la colaboración con autoridades locales, protocolos de acción rigurosamente establecidos y la implementación de tecnologías avanzadas para el control de multitudes son solo algunos de los elementos que conforman nuestro compromiso con la seguridad. Hemos invertido en sistemas de monitoreo de última generación, como nuestro Centro de Mando con más de 168 cámaras de circuito cerrado, lo que nos permite vigilar cada rincón del recinto en tiempo real y responder de manera inmediata a cualquier eventualidad.
Una muestra reciente de nuestro compromiso con la seguridad lo vivimos durante el concierto de Travis Scott en el Coliseo MedPlus. Si bien el artista es conocido mundialmente tanto por su éxito como por los desafíos que han surgido en sus eventos, en nuestro recinto logramos una experiencia sin igual, donde la seguridad fue la prioridad para más de 15 mil jóvenes. Implementamos protocolos adicionales, incluyendo controles de acceso estrictos, monitoreo constante a través de nuestro Centro de Mando y una coordinación detallada con las autoridades locales. El resultado fue una experiencia segura y organizada para los asistentes reflejando la importancia de una planificación proactiva en eventos de este tipo y demostrando que, con el enfoque correcto, es posible mitigar riesgos y ofrecer espectáculos de primer nivel sin comprometer la seguridad de los visitantes.
Por esta razón, el crecimiento del sector del entretenimiento en Colombia trae una gran responsabilidad: garantizar la seguridad de los asistentes. Sin ella, todo lo logrado como industria corre el riesgo de desmoronarse. Esto ha requerido planificación meticulosa y colaboración con las autoridades y proveedores para prever y mitigar riesgos, asegurando que todos los asistentes estén protegidos. El verdadero éxito de un evento no se mide solo por su espectáculo, sino por nuestra capacidad para cuidar de quienes confían en nosotros.
El futuro de los eventos masivos en Colombia es prometedor, pero para que continúe siéndolo, la seguridad debe seguir siendo nuestra prioridad. Cada incidente que se previene y cada riesgo que se mitiga, es un paso más hacia el fortalecimiento de un sector que no solo es vital para la economía, sino que también es un eje importante en la cultura; además de reforzar la confianza del público. La seguridad no es un aspecto secundario en la organización de eventos masivos, es parte de su columna vertebral.
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