miércoles, noviembre 13, 2024
Carlos Martinez

“Cada día trae su afán”. Sin embargo, si no tenemos un plan montado para todos los cambios que se avecinan, lo más probable es que caigamos en la crónica de una muerte anunciada.

Te has preguntado ¿qué decisiones se están tomando en el mundo que te van a afectar en los próximos meses? Te has preguntado, ¿qué decisiones está tomando el gobierno que te cambien las reglas de juego en este nuevo año? Y te has preguntado ¿qué tendencias están cambiando los hábitos de consumo que afecten la demanda de tus productos o servicios?

Las grandes compañías se hacen estas preguntas todos los días y, con base en su capacidad de anticipación, toman mejores o peores decisiones. Las empresas exitosas no se enfocan en su capacidad de reacción; se enfocan en ver venir el problema en el horizonte y moverse antes. Entonces, ¿por qué las personas no nos enfocamos ni dedicamos tiempo a ver las señales que el mundo nos está enviando para poder movernos?

En el cierre de 2023, en TRIAS MARKETING trabajamos con varias compañías de consumo masivo para ver qué tendencias nos van a impactar en 2024 y, por ende, cómo “anticiparnos a ellas”. Evidentemente, cada empresa y cada persona dependiendo de su sector, de su tamaño (o de la posición, en el caso de los empleados), de su geografía, de su cultura… tendrá más o menos impacto:

  1. Colombia entrará en recesión o muy cercana a ella en 2024 (al menos en el primer semestre). En primer lugar, es necesario entender que “La recesión es la fase en la que la economía se contrae en vez de crecer” (1). Para nosotros, esto no es solo un evento económico decisivo; es la sensación que causa en los consumidores el hecho de vivir en un país que está en recesión. Este pánico probablemente causará que las personas cuiden todavía más su bolsillo y, por ende, las marcas que realmente no sean necesarias y no generen una inmensa satisfacción estarán en aprietos.
  2. La inflación continuará elevada. Las personas continuaremos viendo que las cosas están cada vez más costosas; por ello, las personas de menores recursos continuarán consumiendo menor cantidad de productos al día y la gran clase media consumirá productos de marcas más económicas o sustitutos de categorías que le brinden el mismo beneficio pero cuesten menos; por ejemplo, menos whisky y más aguardiente. Esto será un reto para los marketeros, pues por un lado tenemos que mostrar el valor de nuestros productos y nuestros diferenciales, pero por el otro, tenemos que construir con nuestros competidores para trabajar en pro de las categorías.
  3. Incremento de la demanda de mano de obra, en especial de personas de tecnología por fuera. Si bien parece un elemento menor, empresas que por sus modelos de negocio y su ubicación geográfica pueden pagarles sueldos mucho más altos en trabajo remoto a nuestros desarrolladores nos “robarán” cada vez más talento. Aunque esto no impactará de manera contundente nuestras ventas en consumo masivo, sí nos pondrá cada vez lejos de los avances en IA que las empresas del mundo están haciendo; es decir, el efecto a largo plazo será una pérdida de competitividad.
  4. “Abuelos triatlonistas y nietos obesos” (créditos del título a Antonio Urdinola, con quien tengo el privilegio de compartir puesto en una gran junta directiva). La forma en que estamos viviendo está cambiando nuestros hábitos a gran velocidad; en el mundo, las personas cada vez viven más tiempo y los mayores están cada vez más activos y se cuidan más. Mientras, el peso de los niños continúa subiendo, y el consumo diario de pantallas se dispara y reemplaza la actividad física. Esto abre espacios para productos enfocados en el bienestar de los abuelos y la urgencia de los padres de mejorar el estilo de vida de los hijos.
  5. El cambio climático es un afán de todos. Los niños y los inversionistas son cada vez más conscientes de la necesidad de realizar cambios en los consumos para tratar de salvar el planeta (y, por ende, la especie humana como la conocemos); por tanto, serán más exigentes con los fabricantes. Sin embargo, no están dispuestos a pagar más por esto, “que salve al planeta sin que me cueste más”.
  6. Mayor necesidad de vivir experiencias. “Ya vi que en este mundo me puedo morir en cualquier momento y quiero vivir experiencias, que es lo único que me llevo”; esta forma de pensar abre grandes oportunidades para las marcas y empresas que generen experiencias. No es casualidad el titular de Infobae “Karol G con “sold out” en Bogotá anunció segunda fecha. La Bichota vendió todas las entradas para su concierto en menos de tres horas a pesar de las críticas por los altos costos en la boletería”. (2)
  7. Reforma a la salud. Al momento de escribir este artículo, la Cámara de representantes ha aprobado 133 artículos de la reforma; ahora será el turno del Senado de trabajar en ella. Dependiendo de su resultado, esta reforma generará grandes cambios para el sector de la salud en Colombia y, por supuesto, será determinante para muchas industrias y para todos los colombianos.
  8. Incremento de impuestos a internet. Este elemento parece menor, pero tendrá gran impacto. En enero, no solo inicia el cobro de IVA a plataformas como Netflix y Spotify, lo cual puede causar una caída en suscripciones, sino también el de una serie de impuestos sobre el uso de las nubes digitales; así, seremos menos competitivos en un sector que genera gran cantidad de ingresos y puestos del trabajo para el país, sobre todo afectará a los trabajadores de menor edad y, por ende, cambiará sus hábitos de consumo.
  9. Las mascotas, las dueñas del presupuesto. Ha habido un incremento generalizado del número de mascotas y del presupuesto que se invierte en ellas; entendiendo que son inversiones de largo plazo (un perro vive en promedio más de 11 años y un gato, 14), este negocio creciente va más allá de la comida.
  10. Informalidad. Las empresas están volviendo a hacer despidos importantes; esto sin la aprobación de la reforma laboral en curso, que generaría un oscuro impacto en la capacidad de las empresas de contratar. Sin embargo, en Colombia, no nos dejamos morir de hambre y, por ello, el mercado del rebusque crecerá. Esto impactará la forma de consumo de las personas, pues muchas dejarán de recibir sueldos quincenales o mensuales y tendrán que vivir y comprar con el diario; esto significa que las presentaciones pequeñas volverán a tomar relevancia. Volveremos a oír “Deme una cucharada de aceite”.

Estas son algunas de nuestras proyecciones para 2024. Si bien no tenemos la bola de cristal, es importante que al menos las revisemos y pensemos cuál será la forma en que –como empleados, dueños de pequeñas o grandes empresas– vamos a ANTICIPARNOS y así garantizar la supervivencia de nuestro entorno.

(1) https://www.bancosantander.es/glosario/recesion-economica#:~:text=La%20recesi%C3%B3n%20es%20la%20fase,de%20contracci%C3%B3n%2C%20y%20as%C3%AD%20sucesivamente.

(2) https://www.infobae.com/colombia/2023/10/17/karol-g-con-sold-out-en-bogota-anuncio-segunda-fecha/

Artículo publicado en la edición #489 de los meses de diciembre de 2023 y enero de 2024.

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Vicepresidente de mercadeo y comercial de Juan Valdez
Viviana