sábado, diciembre 14, 2024
Redacción P&M

A los tres mosqueteros que publicó la revista Semana, en portada –Fernando Carrillo, procurador de la Nación; Néstor Humberto Martínez, fiscal general de la Nación y Edgardo Maya, contralor de la República– se les debe sumar un cuarto mosquetero para emprender la gran cruzada anticorrupción. Esa fue la conclusión de la entrevista que Yamid Amat les hizo a los tres personajes en su programa Pregunta Yamid, del Canal Uno, a mediados de enero. Y ese cuarto mosquetero es nada menos y nada más que el sector privado.

El mismo que protagoniza en gran medida el desarrollo de la economía de mercado pues es el motor de la creación de empleos y de la inversión. El conformado por las empresas que producen los bienes y servicios puestos a disposición de las familias consumidoras con los que se configuran las fuerzas del mercado: la oferta y la demanda que, a su vez, se dinamizan gracias a la acción del mercadeo y de la publicidad.

Las consecuencias de la reforma tributaria en un posible descenso del consumo, las sanciones a las empresas por publicidad engañosa, las acusaciones y procesos sobre cartelización, entre muchas otras acciones del gobierno, ponen en evidencia que el sector cada día se acerca más a la vida cotidiana del país.

Esto es, que, si en otras épocas el sector privado tomaba distancia de las dificultades y obstáculos de la política y del devenir del país, hoy este sector y, en particular, aquellos que manejan el mercadeo y la publicidad están comprometidos con un crecimiento económico entendido desde la perspectiva del bienestar del ciudadano. Porque en un país emergente o en vías de desarrollo hay tareas pendientes a las que debe contribuir, como la reducción de la pobreza, la igualdad de oportunidades y la inclusión, entre muchas otras.

Según el orden mediático de nuestros colegas masivos, la corrupción es nuestro mayor mal, así pues, para fomentar el consumo de un país civilizado y en crecimiento, es imprescindible sumarse a esta cruzada anticorrupción. ¿Cómo? Mirándonos el ombligo. ¿En qué eslabones de la cadena de producción de las acciones de mercadeo o de la publicidad puede haber prácticas que se presten a la corrupción? ¿Cuáles son aquellas prácticas de inversión que caen en tentación? ¿En dónde se realizan prácticas empresariales incentivadas por una mentalidad con tufillo a corrupción? Gran tarea de reflexión para este año que comenzó lentamente a finales de enero.

Publicado en la edición 432 de la Revista P&M del mes de febrero de 2017.