Hoy todo el mundo tiene la misma pregunta: ¿qué va a pasar con la publicidad si la IA lo hace "todo"?
Sí, ChatGPT puede escribir titulares en segundos, resumir informes y hasta darte las fórmulas para tu Excel. Pero lo que no puede hacer, todavía, es resolver lo que de verdad importa en planeación: entender personas, contextos y emociones.
Llevo más de diez años en este negocio y he aprendido algo claro: los mejores planes no nacen solo de data ni de inspiración. Nacen de la mezcla. De la conexión inusual entre lo que una máquina ordena y lo que un humano interpreta.
Porque la IA es buena detectando patrones invisibles, pero no entiende lo que significa que una abuela abra TikTok y se vuelva más viral que el influencer contratado. Puede escuchar millones de conversaciones, pero no sabe lo que quiere decir un silencio incómodo en una reunión. Puede recomendarte la pauta "óptima", pero no sabe leer las contradicciones de una audiencia que dice una cosa y hace otra.
Ahí es donde entra la integración.
Que ellas ordenen, crucen y aceleren la información, y nosotros nos dedicamos a escuchar, interpretar y crear.
Y aquí viene lo divertido: mientras algunos se angustian pensando que "la IA nos va a dejar sin trabajo", nosotros pensamos lo contrario. La IA no reemplaza. La IA potencia. Nos quita lo aburrido y nos deja lo emocionante.
Lo que debemos ofrecer no son planes "generados por algoritmo", sino planeación con contexto, creatividad con estrategia, data con emoción. Conexiones inusuales: cuando un dato frío se cruza con un insight emocional, cuando lo obvio se transforma en algo inesperado.
La planeación publicitaria se trata de hacer la pregunta correcta. Y eso, hasta ahora, no lo resuelve ninguna IA.
Desde Century Media creemos que el futuro está en lo que sucede cuando pensamos juntos. Porque esto, no lo resuelve ChatGPT (todavía).
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