Hoy, la educación debe comprenderse como un proceso que se adapta a las necesidades reales de los jóvenes en un nuevo mundo que exige accesibilidad, innovación, nuevas tecnologías e inteligencia artificial. El reto: plantear en el corto plazo nuevos modelos educativos que evolucionen la visión tradicional heredada desde el siglo XIX.
L as expectativas de los jóvenes sobre su proceso de aprendizaje evolucionan del mismo modo en que se transforma la sociedad. Atrás quedó la ilusión de una carrera larga o la idea de aprender sobre un solo tema definido en un pénsum. La educación hoy debe ser a la medida de las necesidades y preferencias de las personas, en un contexto definido por la flexibilidad y la agilidad que la tecnología aporta.
Antes, una carrera duraba cinco años; ahora, en Europa dura tres, porque el estudiante no paga un semestre sino la suscripción de un año para ver una variedad de cursos distintos. En la Universidad de Bogotá Jorge Tadeo Lozano, hemos optado por desarrollar énfasis para cada uno de nuestros programas. Básicamente, son microcredenciales, es decir, cursos cortos de profundización. Por ejemplo, un programa como publicidad –que tiene muchos tópicos generales– no profundiza en temas demasiado específicos. Si alguien quiere aprender sobre mercadeo digital o psicología del usuario tiene que desarrollar una profundización
Explica Felipe César Londoño López, vicerrector académico de la Universidad de Bogotá Jorge Tadeo Lozano.
El papel de la IA
En ese marco de adaptación y personalización de la educación, la inteligencia artificial (IA) se consolida como una herramienta que aporta valor, en la medida en que dinamiza y optimiza una gran cantidad de procesos. “La IA revoluciona el sistema educativo, porque es una tecnología dialogante, que hace posible una interacción real; en este caso, con los estudiantes. Las tecnologías anteriores eran unidireccionales y ahora ChatGPT, por ejemplo, genera un salto importante en ese aspecto”.
No obstante, Londoño López advierte que, aunque las máquinas optimizan procesos, es esencial preservar el pensamiento crítico y la capacidad humana de comprender el contexto para tomar decisiones éticas y estratégicas; en este escenario, la universidad se vuelve relevante.
Las transformaciones académicas impulsadas por la IA y las microcredenciales presentan desafíos y oportunidades. Las universidades se adaptan al automatizar procesos internos, implementar plataformas colaborativas y adquirir datos para mejorar la experiencia estudiantil. Este enfoque optimiza la gestión, fortalece la formación integral y fomenta la interacción con el entorno.
Artículo publicado en la edición #489 de los meses de diciembre de 2023 y enero de 2024.
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