El amor propio no es solo un acto de cuidado personal, sino un compromiso con nuestra autenticidad y vulnerabilidad
La idea de amor propio en O Boticário ha surgido como una oportunidad de crecimiento dentro de la organización. En un mundo donde la responsabilidad social es esencial, la gerencia de amor propio está diseñada no solo para responder a la necesidad de la marca, sino también para influir en un cambio significativo en la sociedad. Para mí, el amor propio no debe ser visto como un concepto aislado, sino como un medio para fomentar la empatía y el respeto entre las personas. Al hacerlo, estoy convencida de que contribuimos a una sociedad más saludable y cohesionada.
Esto representa una meta a largo plazo que busca fortalecer e innovar nuestra cultura corporativa. En un contexto empresarial en constante cambio, es crucial que las organizaciones no solo se adapten, sino que también lideren con valores que resuenen con las necesidades de sus colaboradores. Al priorizar el amor propio, estamos estableciendo una base sólida para una cultura inclusiva y resiliente.
Al iniciar este movimiento, me entusiasmó la posibilidad de dar visibilidad, tanto dentro como fuera de la organización, a las conversaciones sobre el amor propio. Mi propósito es impulsar acciones que celebren la diversidad y promuevan la igualdad de oportunidades para todos los empleados y empleadas. En O Boticário, la gestión del amor propio responde a una necesidad que trasciende la marca: demostrar que el amor propio no es un ideal inalcanzable. Nuestro objetivo es romper esa percepción, llevarlo a la práctica y convertirlo en una expresión auténtica de respeto, aprecio y valoración personal, fomentando el diálogo sobre cómo cada persona cultiva estos valores en su vida diaria.
A través de esta iniciativa, estamos creando un espacio donde cada persona pueda aprender a amarse y valorarse, liberándose de los juicios y los estándares sociales impuestos. Para mí, el amor propio no es un concepto exclusivo, ya que no está limitado a unas pocas personas ni condicionado a cumplir con ciertos ideales. Es un derecho universal que todos podemos y debemos cultivar. Es una invitación abierta a todas las personas a reconocer su valor y a formar parte de una cultura donde la diversidad sea celebrada y la inclusión sea un principio fundamental.
El amor propio debe ser accesible, universal y profundamente humano, porque todos merecemos el respeto y aprecio que nos permita vivir de manera auténtica.
En O Boticário, hemos emprendido un trabajo riguroso para desvincular el concepto de amor propio de la mera venta de productos y servicios. Ahora lo vemos como un vehículo para fomentar un amor propio genuino, individual y valioso, que no solo impacta a las mujeres, sino a todos los géneros. Este enfoque nos permite redefinir el propósito de lo que hacemos y cómo lo comunicamos.
A lo largo de este proceso, hemos implementado capacitaciones y talleres en diversas áreas, asegurándonos de que todos nuestros empleados comprendan, apliquen y llevan a la práctica correctamente el concepto de amor propio en sus roles. Esta formación no solo enriquece a nuestro equipo, sino que también fortalece nuestra conexión con los consumidores.
En el primer cuatrimestre de nuestra gestión, hemos llevado a cabo un trabajo realmente valioso a nivel interno. Nos hemos enfocado en desarrollar relaciones con empleados, miembros del comité directivo, emprendedores y emprendedoras, así como con asesores y asesoras de ventas en distintos canales. Estoy convencida de que, al abordar este tema desde diferentes frentes, podemos generar un diálogo interno más saludable y, en consecuencia, un entorno más enriquecedor tanto para nosotros como para quienes nos rodean.
En O Boticário entendemos que la creatividad es el motor de nuestra comunicación. Por eso, buscamos que nuestros mensajes reflejen amor y optimismo. Reconocemos que muchas organizaciones han incorporado el concepto de amor propio en su cultura, con el propósito de construir entornos inclusivos que celebren la belleza y el amor de forma auténtica y cotidiana.
Reitero que el amor propio es un concepto esencial para construir una comunicación auténtica que respete y valore los momentos únicos de cada persona. No es algo reservado para unos pocos, sino una base universal sobre la que podemos desarrollar relaciones más saludables, tanto con nosotros mismos como con quienes nos rodean. Es a través del amor propio que logramos fortalecer nuestra conexión con los demás y fomentar un ambiente de respeto y comprensión mutua.
También le puede interesar: EY invita a jóvenes combatir las “islas de calor urbanas” a través de la inteligencia artificial